La epilepsia me ataca, bofetada imprevista Entran en una niebla todas mis facultades Un profundo mareo, espejismo a la vista Y en la articulación verbal, dificultades Los síntomas aumentan, y merman mis sentidos Por un túnel sombrío, mi mente se escabulle Cual fantasma flotando, en la noche perdido Soy un cuerpo sin vida, mientras la sangre bulle Y una mórbida lucha, conmigo mismo entablo La máscara en un rictus a punto de estallar Gorgotean los poros, la caldera del diablo Donde llevan las almas sus culpas a lavar Hay un tiempo en la historia, que deben contar otros Estoy solo oponiendo a invisible rival Desbocado el bravío, he montado en un potro Hombre y bestia luchando, en un tembladeral Y las fibras contraídas, mandibula de hierro Tu te aprisionan, a un bocado de brumas Encendida llanura, donde se yergue un cerro Embravecidas crestas de mar, llenas de espuma Embravecidas crestas de mar, llenas de espuma Cesan las tempestades, y vuelven muy despacio Las aves desconfiadas a reanudar su vuelo Retornan los colores, a llenar los espacios Y vuelvo a sentir firme bajo mis pies, el suelo solo queda el efecto, del turbión pasajero El cuerpo dolorido, por la cruel sacudida En medio de los ojos, clavándose el acero La duda en cada esquina, acechando a la vida