Tener un rato de vida Con la libre sinfonía de tu cuerpo Sentirnos a la deriva Como peces araganes sobre mares Sentir un tiempo de cielo Y remontarnos al vuelo de las aves Y abrir los ojos al viento O quedarnos sin aliento en un beso Y enseñar a los instintos lo distinto Andar sin ver los caminos Como seres peregrinos de lo ajeno Mudarnos lejos del llanto Donde nacen las montañas o los campos Y vivir de nuestras manos Cosechando luz