Aquellas horas eternas Cuando era mozo de bar Diez horas por cien pesos Agonizaban mis huesos Fue cuando lo vi al Hugo En la parada afinar Que decidí dejar el bar Subir al ómnibus a cantar Van Con ruido en los oídos De motores de ciudad Pidiendo permiso al guarda Suben unos a cantar Cantor de la calle Las monedas y algo más Sudan las veredas Las monedas y algo más