María abrazaba fuerte al niño que había dado a luz Iba al templo a dedicarlo y su nombre era Cristo Jesús Y cuando entraron al templo Simeón de gozo gritó Sus ojos volvieron a ver y llorando proclamó ¡Mis ojos han visto en su rostro salvación Estas manos han tocado la divina bendición Mis oídos oyeron a Dios y Él no tuvo ni que hablar Yo ya estuve en el cielo sin salir de este lugar Yo también estuve ciego así como Simeón Un día me hablaron de Cristo y lo invité a mi corazón El también abrió mis ojos y de gozo puedo gritar ¡Jesucristo entró a mi vida y lo voy a proclamar! ¡Mis ojos han visto en su rostro salvación Estas manos han tocado la divina bendición Mis oídos oyeron a Dios y Él no tuvo ni que hablar Yo ya estuve en el cielo sin salir de este lugar Yo ya estuve en el cielo sin salir de este lugar