Alguna vez la loba da su leche y un beso azul puede calmar tormentas y basta aún la sombra de tu mano para cerrar con sueños mis tristezas. De vez en cuando por el cielo nocturno cruza una luz que raya la tiniebla pero es verdad que fácil no es la engañadora vida de la tierra. Hay que luchar para cambiar el mundo, hay que borrar las razas y las guerras, hay que cortar las manos del que mata y defender una vez más la paz de cada aldea de la tierra, y defender una vez más la paz de cada aldea de la tierra. Por eso así, tomado de tu mano, siento pavor de lo que nos espera. La espada está colgando sobre el mundo y nadie ve su brillo cuando tiembla. Voy a sembrar, pero no estoy seguro de que mañana tenga mi cosecha si estamos hoy sobre un volcán que estallará cuando menos se piensa.