(canción v de "cantares del mito americano") Vine a lo largo del mato grosso Y entré al perú por el negro iquitos Tras remontar roncas cordilleras Un machu pichu dormí aymará. Veo pastando sobre la orilla Del urubamba, río de razas, Grandes peñascos desesperados Trizando el cielo con su fragor. Un viento de violines Agita tu vestido Que, sigiloso, danza un danzón De espejo a paredes, Son sobre el que te mueves Estremeciendo mi corazón. En cartagena de indias estuve Bajo una palma capeando el sol; Entre los fuertes amurallados El agua urdía su seducción. Tiempo más tarde, en margarita, Isla azotada por el calor, Hallé una boca venezolana Llena de sombras, fuego y amor.