Me piden, señores, que cante y les cuente la historia de mi enamorado, y quieren saber si mi amor fue tal vez marinero o soldado. Les voy a contar que nací a las orillas de un río celeste y el cielo era un río con piedras azules y estrellas silvestres. Se llama Bío-Bío. Tan lejos está que no sé si aún existe y en mi alma resuenan cayendo sus aguas, por eso estoy triste. A veces de noche escuchando las piedras azules que el agua golpea, despierto y no veo sino las paredes que ahora me encierran, y siento un dolor que me aprieta la boca y que mi alma desgarra hasta que descuelgo del muro la voz de mi triste guitarra. Y ahora pregunten si fue marinero, si joven o viejo, y yo les respondo: mi amor es un río que corre allá lejos.