Tom: A Introducción: A (A) Cuando jui para la Pampa llevaba mi corazón A7 contento como un chirigüe, A pero allá se me murió. Primero perdí las plumas y luego perdí la voz. Y arriba quemando el sol. (A) Cuando vide los mineros dentro de su habitación, A7 me dije: «mejor habita A en su concha el caracol, o a la sombra de las leyes el refinado ladrón». Y arriba quemando el sol. (A) Las hileras de casuchas frente a frente, sí, señor; A7 las hileras de mujeres A frente al único pilón, cada una con su balde y con su cara de aflicción. Y arriba quemando el sol. (A) Fuimos a la pulpería para comprar la ración, A7 veinte artículos no cuentan A la rebaja de rigor. Con la canasta vacía volvimos a la pensión. Y arriba quemando el sol. (A) «Zona seca de la Pampa», escrito en un cartelón. A7 Sin embargo, van y vienen A las botellas de licor. Claro que no son del pobre, contrabando, o qué sé yo. Y arriba quemando el sol. (A) Paso por un pueblo muerto, se me nubla el corazón, A7 aunque donde habita gente A la muerte es mucho mayor. Enterraron la justicia y enterraron la razón. Y arriba quemando el sol. (A) Si alguien dice que yo sueño cuentos de ponderación, A7 digo que esto pasa en Chuqui, A pero en Santa Juana es peor. El minero ya no sabe lo que vale su dolor. Y arriba quemando el sol. (A) Me volví para Santiago sin comprender el color A7 con que pintan la noticia A cuando el pobre dice «no». Abajo, la noche oscura, oro, salitre y carbón. Y arriba quemando el sol.