Brillo de mar en tus ojos, Eco de arrullo en tu voz, Romero seco tu pelo, Nadie me diga que no. Te has ido dejando a ciegas mis ojos Me quedo en las tinieblas sin tu amor Será la malidición que me persigue Será ése el destino de los dos. Presente yo te quise con locura Ausente yo te quiero más y más No sé si tu alma sentirá lo mismo Saberlo será una felicidad. A tus pupilas de ángel Rindo yo veneración, Doy por ellas lo que tengo Y todo lo que yo soy. Tu nombre, con la pureza del nardo, Prendido en mi pensamiento está Cantando quiero llegar a tu alma, Y luego decirte adiós.