Violeta Parra

Siqueiro Prisionero

Violeta Parra


En una jaula grande,
cal y cemento.
Bajo siete candados,
no justicieros.
Un pajarillo trina 
su desconsuelo.
Cuando las aves pueden
cantarle al viento.
Mientras las además aves
estan bebiendo,
el aguita que cae 
de alto cielo.
El prisionero bebe 
duro tormento,
y lagrimas habidas 
de sus recuerdos.

Por eso están llorando 
los elementos,
las estrellas no tienen 
igual destello.
Palida está la luna 
más que los muertos,
mirando noche y día 
su prisionero.
Por eso el Pan de Azúcar 
sube muy terco,
y el Amazonas ruge 
del sentimiento.
Copacabana agita 
negro pañuelo,
pero la ley más sorda 
que El Padre Eterno.

Le roban a sus ojos 
azul del cielo,
de la selva sus verdes 
le prohibieron.
Pero no hay de quitarle 
su rojo fuego,
ni la blanca paloma 
de sus desvelos.
Gimen samba, que gimen
los brasileros, 
suenen tambores negros 
a sangre y fuego.
Lloren todo en que tienen 
corazón tierno,
que sepultado en vida,
se halla siqueiro.