Para un príncipe enano Se hace esta fiesta. Tiene guedejas rubias, Blandas guedejas. Por sobre el hombro blanco, Luengas le cuelgan. Sus dos ojos parecen Estrellas negras. Vuelan, brillan, palpitan, ¡relampaguean! Él para mí es corona, Almohada, espuela. Mi mano, que así embrida Potros y hienas, Va, mansa y obediente, Donde él la lleva. Si el ceño frunce, temo; Si se me queja, Cual de mujer, mi rostro Nieve se trueca. Su sangre, pues, anima Mis flacas venas. ¡con su gozo, mi sangre Se hincha o se seca! T para un príncipe enano Se hace esta fiesta. ¡venga mi caballero Por esta senda! ¡éntrese mi tirano Por esta cueva! Tal es, cuando a mis ojos Su imagen llega, Cual si en lóbrego antro Pálida estrella, Con fulgores de ópalo Todo vistiera. A su paso la sombra Matices muestra, Como el sol que las hiere Las nubes negras. ¡heme ya, puesto en armas, En la pelea! Quiere el príncipe enano Que a luchar vuelva. ¡él para mí es corona, Almohada, espuela! Como el sol, quebrando Las nubes negras, En bandas de colores La sombra trueca, Él, al tocarla, borda En la onda espesa, Mi banda de batalla Roja y violeta. ¿con qué mi dueño quiere , Que a vivir vuelva? ¡venga mi caballero Por esta senda! ¡éntrese mi tirano Por esta cueva! ¡déjeme que la vida A él ofrezca! Para un príncipe enano Se hace esta fiesta.