Deja que en tu pecho me quede dormido Y el sueño tranquilo que tanto anhelaba pueda ver Deja que esto sea como nunca ha sido Y que tus latidos me marquen el ritmo de lo que ha de ser Con cuánta ternura tú me envuelves en la necesidad De descubrir la mañana a la medida de tu frescura Transcurre segura casi como tu generación Qué hermosa lección para el que tuviera dudas La tarde serena va cayendo como una bendición La sombra se hace canción y en el espacio tu risa plena La noche que llega no me dura ya una eternidad Qué felicidad, cómo me entrego y se entrega