Leí su carta ayer, llegó temprano, a tiempo para sacarme del sueño. Llegó como anunciándome un verano o para hundirme más aquel invierno. Me dice que aún me tiene amor a veces, y que otras veces teme algún peligro, que hay un milagro aquí de pan y peces, que tiene una añoranza de otros siglos. Pedazo de papel, no sabe lo que puede hacerle a quien lo espera. Pedazo de papel, que dabas luz desde su estrella a mi bandera, como si esta vez fuera la primera que hay primavera. Leí su carta ayer, y fue tremendo, y la volví a leer al mediodía. Está sobre la mesa todavía. Leí su carta y hoy no tengo sueño.