¿Qué tiempo me queda, qué tiempo me dan? Mañana temprano, ¿quién me va a matar? Todavía puedo sentirme compañero del perseguido y del perseguidor, siempre que el perseguido no huya y el perseguidor no se crea un dios. Todavía puedo resultar útil en una batalla por la verdad, siempre que la verdad no se adorne y no se crea la única verdad. Todavía puedo hasta desnudarme delante de quien quiera mirar siempre que la mirada no sea de las que no pueden ver más allá. Todavía puedo sentirme puro, la pureza no me viene mal, mientras no esconda lo sucio que tengo puedo lavarme y volverme a ensuciar. Todavía puedo tener fe en el futuro ya que el futuro está por llegar y el hombre no sobrevive a sus sueños, no ve tan siquiera ni la mitad. Yo me sé el cuento de que un día cualquiera la soga del tiempo me va a amarrar pero mientras me quede un segundo todavía puedo besar o matar.