Justo un año se cumple esta noche, y bien sabés que el cielo es testigo, que ante Dios aceptabas al hombre que eligieron para ser tu marido. Hace un año que eres su esclava y él tu dueño, despótico y cruel, que al dormirse apoya su cara en tu cuerpo comprado por él. Fracasada... te han puesto el anillo por error, en el dedo anular. O es que ignoras, que allí en el tobillo, las esclavas lo deben llevar. ¿Para qué recordar lo pasado? ¿Para qué tus promesas de amor? Ya lo nuestro murió en el mercado donde el oro compró tu pudor. Justo un año se cumple esta noche y bien sabes que nunca lo olvido que vendieron tu cuerpo a ese hombre, que el dinero le dio el apellido.