Ya llevo tres días tomando y llorando tu orgullo y olvido, y hoy vengo a rogarte que olvides ya todo lo que ha sucedido. Si tú bien lo sabes que me ando muriendo, ¿Porqué eres así?, olvida las lágrimas tuyas y mías y sé para mí. Tú, orgullosa y bonita, yo, tan celoso y rebelde, tú, esperando la cita, yo, que me muero por verte. Yo siempre hice alarde de ser presumido y saber aguantar, en cambio contigo soy sólo un cobarde que sabe llorar.