Cansado de andar sin fin conociendo el camino y queriendo llegar, sintiendo la decepción que acaricia mi rostro y mi corazón. Comprendo que el miedo no es salida viable, no es solución, aunque siento que muero, guardo el último aliento retraso el adiós. Mirando hacia el cielo yo juro que voy a vivir En mi alma se esconde el poder Mirando hacia el cielo no hay miedo en mi corazón Destierro de mí el temor El viento que emana borra mis palabras Sacude mi ira, propaga mi voz. Hasta el final hay que luchar, grita una voz dentro de mí, hasta morir que aún es peor ser víctima de la frustración. Temblor en la tierra en mi alma el ardor, en sangre la promesa de aprender a vivir: ¡Sin miedo!