Cuando yo era muchacho (Hace, ponga el lector cincuenta años) Había gentes grandes e ingénuas Que se asustaban con una tángana callejera O una bulla de tragos En un bar. Eran las que exclamaban – ¡Dios mío, qué dirán los americanos! Para algunos Ser yanqui en aquella época Era como ser casi sagrado La enmienda Platt, la intervención Armada, los acorazados Entonces no era presumible Lo que es hoy pan cotidiano El secuestro de un coronel Gringo al modo venezolano O el de cuatro agentes provocadores Como en Bolivia han hecho nuestros hermanos Ni los definitivos barbudos de la Sierra, claro Hace cincuenta años Nada menos que en la primera plana de los diarios Aparecían las últimas noticias del beísbol Venidas de Nueva York ¡Qué bueno! ¡El Cincinnati le ganó al Pittsburg Y el San Luis al Detroit! (Compre la pelota marca «Reich», que es la mejor) Johnson, el boxeador Era nuestro modelo de campeón Para los niños, la Castoria de Fletcher Constituía el remedio indicado En los casos (rebeldes) De enteritis o indigestión Un periódico Entre sus adelantos incluyó Una página diaria, en inglés, para los yanquis «A cuban-American paper With the news of the world» Nada como los zapatos Walk-Over Y las píldoras del Dr. Ross El jugo de la pina criolla No fue más El de ananás La Fruit Juice Company Dijo que era «huelsencamp» Viajábamos por la Munson Line hasta Mobila Por la Southern Pacific hasta Nueva Orleans Por la Ward Line hasta Nueva York Había Nick Carter y Búfalo Bill Había el recuerdo inmediato grasiento esférico de Magoon Gangster obeso y gobernador Entre ladrones y ladrones, el Ladrón Había el American Club Había el compuesto vegetal de Lidia E. Pinkham Había el Miramar Garden (Con lo fácil que es jardín en español) Había la Cuban Company para viajar en tren Había la Cuban Telephone Había un tremendo embajador Y sobre todo, ¡cuidado Que van a venir los americanos! (Otras gentes que no eran tan ingenuas Solían decir ¡Anjá! Conque ¿van a venir No están aquí?) De todos modos Ellos si que eran grandes Fuertes Honestos a más no pedir La nata y la flor Ellos eran nuestro espejo Para que las elecciones fueran rápidas y sin discusión Para que las casas tuvieran siempre muchos pisos Para que los presidentes cumplieran con su obligación Para que fumáramos cigarrillos rubios Para que mascáramos chuingón Para que los blancos no se mezclaran con los negros Para que usáramos pipas en forma de interrogación Para que los funcionários fueran enérgicos e infalibles Para que no irrumpiera la revolución Para que pudiéramos halar la cadena dei water-closer De un solo enérgico tirón Pero ocurrió Que un día nos vimos como los niños cuando se hacen hombres Y se enteran de que aquel honorable tío que los sentaba en sus rodillas Estuvo en presidio por falsificador Un día supimos lo peor Como y por qué Mataron a Lincoln en su palco mortuorio Como y por qué Los bandidos allá son luego senadores Como y por qué Hay muchos policías que no están en prisión Como y por qué Hay siempre lágrimas en la piedra de todos los rascacielos Como y por qué Tejas de un solo hachazo fue desgarrada y conducida Como y por qué No son ya de México la viña ni el pomar de California Como y por qué Los infantes de marina mataron a los infantes de Veracruz Como y por qué Vio Dessalines arriada su bandera en todos los mástiles de Haiti Como y por qué Nuestro gran general Sandino fue traicionado y asesinado Como y por qué Nos llenaron el azúcar de estiércol Como y por qué Cegaron su propio pueblo y le arrancaron la lengua Como y por quê No es fácil que éste nos vea y divulgue nuestra simple verdad Como y por qué Venimos de allá lejos, de allá lejos Un día supimos todo ésto Nuestra memoria fija sus recuerdos Hemos crecido, simplemente Hemos crecido, pero no olvidamos