Mario Bofill

Flores del alma

Mario Bofill


Tom: Am

Em 
Meto mi mano en mi pecho
                       F# 
Y en los bolsillos del alma
                      B7 
Busco y re busco ese verso
                       Em 
Que no sangro en mis palabras…
   Dm                  E7 
Compadre, quiero arrancarme
   Am                 Em 
De adentro de mis entrañas
                   F# 
El chamame que te debo
     B7               Em 
Mezcla de grito y plegaria…
    Em 
No se porque pero el viento
                       F# 
Que en tus rodillas hablaba
                     B7 
Me juega de vez en cuando
                 Em 
Como una mala pasada;
        Dm             E7 
Y me envuelve como un poncho
    Am              Em 
De lana cruda y nostalgia
                    F# 
Y yo me siento con Michel
    B7              E 
Cantor de tus madrugadas…


II
                  E 
Musiquero que te fuiste
       E7              A 
Por la senda azul del agua,
               B7 
Corazon chamamecero
                  E 
Que te volviste calandria
Aquí estamos tus amigos
   E7             A 
Parados en la barranca,
                       B7 
Frente al remanso infinito,
                     A -E 
Con estas flores del alma…


Recitado
Compadre... todos sabemos
que el cielo es la inmensa casa de nuestro Dios,
y de ustedes la gente resucitada
y es una fiesta sin fin en esa paz deseada,
con eternos acordeones y celestiales guitarras
Allí creemos que están como quien goza y descansa
con ‘Yacaré’, ‘Zitto’, ‘Johny’, con el ‘Chango Paniagua’,
con nuestros viejos queridos,
con toda la muchachada.
Que Dios los tenga en su gloria
en su gran musiqueada...


I
Después de haber compartido
los sueños y las distancias,
Yo sigo andando los rumbos
De esta patria chica amada…
Y me duele el alambrado
de la pobreza que avanza,
y el viento de la miseria
con remolinos que endiablan…
Compadre, yo sé que el “Bocha”
cuando pulsa la guitarra,
y el “Quique” cuando se inclina
sobre el fuelle que te extraña,
sueñan verte retornando
con el mechón en la cara
en algunos de tus hijos
chamameceros del alma.