Hay ciertos días en que pienso en tanta gente Y siento que mi pecho se pone a llorar Porque parece que me viene de repente Un deseo de vivir en soledad Igual me pasa, que al cruzar por esas villas Las miro bien, viajando en tren a algún lugar Y ahí me da como una envidia de esa gente Que mira al frente, sin tener en quien confiar Son casas simples, con sus techos de madera Y en la fachada, escrito arriba, dice hogar En sus ventanas flores tristes y marchitas Como alegría que no encuentra su lugar Y ahí me da mucha tristeza y me lamento De ser tan poco y no tener con que luchar Yo que no creo, ruego a Dios por esa gente Es gente humilde, ay, que ganas de llorar