Quise rasgar mi piel Para saber de qué color es la tristeza Quise saber también porqué Mis ojos ya no brillan con certeza Al fin logré entender Que una sonrisa no es más que una promesa Al fin yo lo noté La sangre que se heló en mis venas Se abrió la puerta y entraste tú Es coincidencia o esclavitud Se abrió la puerta y estabas tú Es coincidencia o es tu virtud Escucharé sólo tu voz Caminaré rumbo al dolor Ya no podré saber quién soy Me ocultaré Extraño padecer Fraseos de ternura indiscreta Y cada amanecer Es un misterio con capa y careta Pues el pertenecer No es motivo de hacer una tregua Y cada anochecer Es el vestigio de tu tonta indiferencia Hoy la tristeza volvió otra vez A rienda suelta cabalgaré Hoy tus promesas saben a hiel Y cuando mientas te escucharé