Tengo un facón brasilero Que asusta con su presencia Me ha costado su tenencia Muchas bocas en el cuero Perteneció a un pendenciero Con quien pelié cierto día Un bayano que tenía Asustao, y con razón Al pueblo de Yaguarón Y en jaque a la policía Yo no soy gaucho cobarde Ni soy muy flojo tampoco Pero me alzo con muy poco Cuando andan haciendo alarde Como digo, fue una tarde De esas tardes desgraciadas Alcohol, mujeres, miradas Y como epílogo final Un facón frente a un puñal Y un mundo de puñaladas De setenta puñaladas Que dicen que nos tiramos En mi cuerpo solo hallamos Diez bocas ensangrentadas Las mías muy mal rumbiadas (Estuve mal esa vez) Pero dijeron después Los mismos que me curaron Que al bayano le encontraron Nada más que veintitrés Qué hombre bravo el bayano Y noble hasta en su agonía Muriéndose me pedía Que le estrechara la mano Yo me muero castellano Para mí no hay salvación Pero dame tu perdón Perdón, hermano y olvida Yo, en cambio, te doy mi vida Y con mi vida el facón Quisiera contarte amigo El porqué ansiaba esta suerte Ahora que siento la muerte A los tirones conmigo Este facón como digo Fue mi compañero fiel Y aunque decirlo es muy cruel Las cruces que en él verás Cuéntalas y así sabrás Las muertes que hice con él Bien ya de las puñaladas Que aquel bayano me dio Un día se me ocurrió Contar las cruces citadas Allí estaban dibujadas Con salvaje simetría Veintitrés cruces había Veintitrés hombres mató Pero el Diablo le falló Al querer grabar la mía Por cada vida tronchada Por ese brazo maldito Cuál un castigo inaudito Yo le di una puñalada Esta es la historia malvada De mi tremendo facón Yo no sé por qué cuestión Por qué coincidencia loca Llenó mi cuero de bocas Sin tocarme el corazón