Tengo una linda casita, bonita como no hay dos y hay que ver de mañanita que visita le hace el sol. Después, a la tardecita cuando el sol se pone ya, la luna es otra visita que la viene a reemplazar. ¡Ay, qué casita! ¡Ay, qué lugar! Otra visita ha de llegar... Y cuando llegue, entonces sí podré decirles que soy feliz. Trabajando noche y día, unos pesitos ahorré, y hay que ver con que alegría mi casita edifiqué. Pero mi alma está solita en ella, sin un querer, le hace falta a mi casita el amor de una mujer...