En un paraíso supuesto Mis días no tienen final Ritual para obreros de sangre La sombra de lo que no está Bolsillos vacíos por siempre No tengo nada que guardar Solo la mentira insistente Del que vendrá a gobernar No hay precio, que puedan pagar No hay precio Pedazos de vida he dejado Regados por la gran ciudad Y la maquinaria esclavista Recoge lo que no me da Pero con la gracia divina Su plan de vergüenza se cae Y con su discurso forzado Me pide que vaya a votar No hay precio, que puedan pagar Que compre mi digna lealtad Mi digna lealtad