Amanece otro día Mi infierno se vuelve más real Mi instinto me domina Y el filo presagia mi voluntad Temblorosas están mis manos Mis ojos que ven lo que no está Dispara mis histerias Recuerdo que nunca estuve allá Bajo una mirada gris, siempre entre sombras Hacia el abismo sin despertar Con un manto de piedad cubro mis huesos En el espejo mi imagen final Sin misterios, sin lamentos No hay conciencia ni recuerdos Sus miradas me persiguen Sus garras que me quieren lastimar La inocencia la he perdido No hay forma de recuperar mi paz Como una mañana sin sol en invierno