Yo no sé cómo pude llegar más bajo que vos tan maula y tan ruin. Yo no sé cómo pude aguantar tan lejos de Dios, tan lejos de mí... Me llevaste como a un niño de la mano para hundirme en el pantano de tu infamia y tu vivir. Esto es atroz. Fijate bien dónde he llegado por vos. Mi vida en la ruina que tiembla y se agita, mis ojos que sangran de tanto llorar... Todo por tu culpa, víbora maldita, que sos mi locura, que sos mi penar... Mi madre que sufre sin decirme nada no puede alejarme de mi perdición, porque tengo el alma junto a tu mirada y porque no puedo con mi corazón. ¡Hasta cuando, decí, por favor me vas a tener mordiendo tu amor? ¿Hasta dónde me vas a llevar hincando a tus pies mis ojos de horror? ¡Yo prefiero que me mates de un balazo, que me arranques a pedazos mi cobarde corazón! No puedo más con mi vivir porque es peor que morir.