En un boliche de barrio -como si fuese a rezar- un cofla cerrando el diario se puso a reflexionar. Páginas pares e impares... el drama siempre en acción. Pensando en los titulares entró a escribir de un tirón: ¡Minga de amor! ¡Minga de paz! El mundo de hoy ya no da más. Mundo que mucho padece. Que crece entre miserias y lucha. ¡La pucha! Batime Dios por qué razón tanto dolor y destrucción. Hoy todo va a contramano -de afano- y apuntan al corazón. Tanta noticia fulera al cofla causó terror. Pero igual, y a su manera, pensó en un mundo mejor. Y desechando tristezas para su casa rumbeó, dejando sobre la mesa los versos que hoy canto yo. ¡Minga de amor! ¡Minga de paz! El mundo de hoy ya no da más.