Son cuentas de unos años, los años de mi vida Son perlas que se empañan de tanto trajinar Son pájaros errantes heridos por la mala Son ojos que se ciegan de tanto lagrimear Son surcos que se abren marcándose en la frente Con voz de las potreras que nadie escucha ya Son días que se han ido, son versos que han rodado Cual un clavel marchito, tirado en un umbral Son cuentas de unos años; los años de mi vida Son últimos destellos que ya no alumbran más Son luces que se apagan, son flores que se agotan Son lirios que agonizan colgados en tu altar Son páginas de un libro; escritas sobre el alma Con letras de mis penas que nadie importa ya Son luces de tu nombre, que vuelven a mi vida Trayendo en su retorno, el eco de un cantar Son siglos de un santuario Prendidos a tu imagen Que mueren lentamente cansados de alumbrar Mis años son manojos de pétalos deshechos De muchos sin perfume que pasan al azahar