Se ha hecho el ocaso de tu alma y la mía Y ya se insinúa la paz nocturnal La estrella que antes mi cielo lucía No quiere tu olvido mi pena alumbrar Tan solo yo tuve zarzales y espinas De la áspera senda que el mundo me dio Los negros crespones que ya se avecinan Esconden un alma que ya te olvido Yo sé que ya ha muerto la fe que inspiraba Mi lírico canto de gloria y amor Yo tengo desierta de sueños el alma Y llevo el invierno sobre el corazón Cuando abran sus tallos los pálidos lirios Llorando la ausencia creadora del Sol Así yo he doblado mi frente bien mío Sabiendo que todo paso entre los dos Lo sé porque vienen del hondo pasado Los ecos benditos de lo que se fue Los vagos contornos de un ser adorado Y un soplo de cielo que se hizo mujer Perfume de flores evoca el recuerdo De horas vividas en dulce placer De días felices que lentos se fueron De noches plateadas que no han de volver