Retazos me quedan de un sueño vencido Manojos ya secos de rosas de amor La imagen borrosa de un ángel querido Que un día de gloria mi mente pobló Tan solo era mía su imagen más tierna Su casta sonrisa, su suave rubor Prendió sus pupilas las rojas quimeras Que hicieron la dicha de mi corazón Cuando ella era mía la hermosa montaña Vestía su gala de blanco y azul Los hilos le daban celeste esperanza Las flores, la tierra, los soles, la luz Sus bellos arpegios, los negros zorzales Su fresca caricia del sauce llorón Los hilos de plata de los manantiales Que corren jugando con chispas de Sol Con letras de fuego yo llevo grabado Su nombre querido sobre el corazón Amor el primero, el más puro, el más santo El único tierno que mi alma sintió Tormentas del mundo, quebraron mis lirios Más quedan de mi alma, cenizas de ayer Tu amor ha llenado mis horas de niño Y en ella tu vida, mi única fe