Los Redonditos de Ricota

Caña seca y un membrillo

Los Redonditos de Ricota


Negrita yace asustada, 
la hormiga se le durmió. 
-Dios ya no quiere que baile...- 
me dijo y me sofocó. 
¡Vamos negrita, bailá hasta el fin! 
Vamos, negrita, hacelo por mí. 
La curva no se ha mojado, 
ni patinó mi animal. 
Morena, vi tu camisa mojada, secando y arrebaté! 
Fuera pechito dañino, 
milagro te hará cambiar, 
un dedalito de caña, soplada 
y este ritmo zumbador. 
Tum-tum te agita morena, 
tu cuerpo se impacientó. 
-¡Dios ya no me aguanta quieta!- 
me dijo ¡corre, corrida, apuró!. 
¡Vamos negrita, bailá hasta el fin! 
Vamos, negrita, hacelo por mí.