La claridad de sus ojos en los días finales de invierno fueron su mejor momento A cada uno de sus movimientos la vida le reservaba el papel principal Turbia mirada de complicidad Fuego cruzado en la oscuridad En la lujuria de aquellos dias entre disparos de cocaína viciosa y terminal no tenía rival Acostumbrada al amanecer a fiestas con Charme y placer El Mundo siempre a sus pies Sueños en plata de ley Chica mal de casa bien Lo dice el viejo tango de Gardel Los amantes que no se entregan Se abandonan.