Se marchó, sin decir una palabra sin saber cuánto yo la amaba se marchó, por mi tonto orgullo y el dolor de creer que ella no me importaba. Se marchó, extraño hoy su mirada su pasión, todo lo que me daba siento hoy, haber sido el culpable de su adiós sin su amor mi vida ya no es nada Y es que su adiós me ha dejado un vacío en el alma y el corazón me grita fuerte que aún la ama y la razón me insiste que debe olvidarla pues ya no soy parte de su vida dueño de su cama. Y es que su adiós me ha dejado un vacío en el alma y este dolor y de ella sin poder amarla quema mi interior, como un fuego que nunca se apaga me hace recordar que solo soy agua pasada.