Prohibido sangrar a pesar de que la herida está abierta. Los puentes se están quemando y las lenguas están hirviendo. Gritamos aunque nos quieran dejar sin voz. Gritemos desde el borde del precipicio si no nos hundiremos en el mar del silencio. gritamos aunque nos quieran dejar sin voz estamos muertos si no gritamos que estamos vivos. Ahorquemos el silencio en el bosque donde yace el viento. La voz del huracán lo arrasará todo alejando lo que nos resigna y nos da miedo borrando lo que nos anula y nos calla. Estamos muertos si no gritamos que estamos vivos.