Entre mi realidad y el deseo hay un enorme lago helado. Entre la realidad y el deseo hay un enorme desierto de sal. Si mis sueños no despiertan acabarán como un ramo de rosas secas. Si mis sueños no duermen jamás verán la luz del sol. Entre mi realidad y el deseo viven mis sueños en tierra de nadie, huérfanos, esperando que yo los recoja, que yo los sueñe. Entre el suelo de la realidad y el cielo del deseo cruza el río de mis sueños, esperando que yo los beba o me ahogue en ellos.