Tú que quieres criticar lo que haces es juzgar Cuidado (ten cuidado) Tú que de tu hermano quieres hoy hablar Y sus errores resaltar Cuidado Te has olvidado de dónde Dios te sacó Y tu vida él rescató Piensas que todo lo hacés por voz Y una voz te está gritando Se necesitan mil batallas Para saber que estás ganando Se necesitan de errores Para saber que eres perdonado Y que su sangre te ha limpiado De todo mal todo pecado Y que tu vida ha cambiado Y te ha dado paz Oiga señor espiritual que en criticar eres experto Se te olvidó que por su sangre hoy tú no estás muerto Ahora te creés la última Coca-Cola del desierto Si hoy tenemos vida por él estamos cubiertos Por su perdón, su gracia, su misericordia Entonces porque te empeña en llevar tanta discordia Nuestro trabajo es que conozcan de su amor profundo Porque no vino a condenar Sino a salvar el mundo Tu señor espiritual te has olvidado Cuál es tu llamado Hoy tú qué piensas en hablar Pero hablás sin pensar Mucho cuidado Te has olvidado de dónde Dios te saco Y tu vida rescató Piensas que todo lo haces por voz Y una voz te está gritando Se necesitan mil batallas Para saber que estás ganando Se necesitan de errores Para saber que eres perdonado Y que su sangre te ha limpiado De todo mal todo pecado Y que tu vida ha cambiado Y te ha dado paz Has perdido mucho tiempo en tu religión Y donde quiera proclamando quién es tu Dios Y con tu lengua destruyendo a una nación Ya es tiempo de qué arregles tu corazón Ya es tiempo que busques salida La murmuración destruirá tu vida Quieres ser espiritual, pues, sé real En Santiago 1:26 te va a explicar Piensas que todo lo haces por voz Y una voz te está gritando Se necesitan mil batallas Para saber que estás ganando Se necesitan de heridas Para saber que estás sanando Se necesitan de errores Para saber que eres perdonado Y que su sangre te ha limpiado De todo mal todo pecado Y que tu vida ha cambiado Y que su amor te ha restaurado Y de su gracia te ha llenado Y te ha dado paz Y te ha dado paz Paz Si alguno se cree religioso entre Vosotros y no refrena su lengua Sino qué engaña a su corazón La religión de tal es vana