Desnuda, como el filo de un acero, Así, desnuda, mi sentencia que se clava en ti, Me llevabas de la mano, para hundirme en este infierno Para verme sin sentido, sin moral, sin nada adentro. Pero ahora te condeno, maldita, Cuando escuches mi sentencia, Martillando tu conciencia Sufrirás igual que yo. Por un beso de tu boca la luna corté, Por un mundo de tristezas Que me daba tu belleza Hasta el nombre te entregué. Yo te he dado más que eso Mi alma, tal vez, Y hoy al verme pisoteado Como un vil, como un malvado, me rebelé. Desnuda, como el alma que se acerca a dios Desnuda, la sentencia que firmé por vos, Que la herida que me abriste no se borre de tu mente Y las gotas de mi sangre, día y noche te atormenten. Hasta siempre, hasta la muerte, Maldita, cuando escuches mi sentencia Martillando tu conciencia Morirás igual que yo.