Cómo el grito de un puñal Clavándose en la piel Y que llega al corazón Con saña criminal Fue la voz que me contó La dramática verdad Cuando dijo, sin saber Que aumentaba mi agonia Pobrecita se durmió Se pobló mí soledad Con duendes de dolor Y sin lágrimas grité Tu nombre y mi rencor Vine y no debí venir Enloquecido de pena Nadie me conoce aquí Diran es un alma buena Quien de los que gimen a tu lado Quien de los que imploran y te rezan Y te lloran y te besan Te adoro desesperado Nadie más que yo Ante el Cristo que está ahí Guardando tu quietud Me arrodilló a suplicar Por todo lo que fui Por las noches que pase Por lo mucho que sufrí Por tus ojos ya sin luz Te suplico me perdones Por lo mucho que lloré Es el grito de un puñal Clavándose en la piel La impotencia de querer Besarte y no poder