Una estrella más en el cielo azul, una estrella más perdió mi tango. En un vuelo gris se marchó al cenit a buscar su tema más amargo. Sus tangos hablaban del cielo, su musa tentaba su vuelo. Pudo más su afán y tras él se fue, donde nunca más podrá volver. ¡Adiós! Tu estrella te llamó. Y tú te fuiste tras su voz. Sin ver que no regresarás sin poder ni decir adiós. Serán tus manos de marfil. Será, eterna tu canción, y tu podrás, tal vez, escuchar adiós, adiós...