La llamaban muñequita que en sus ojos de cielo y en el oro de su pelo nada había de mujer... porque en toda su lindura, personita pizpireta, pobrecita, tan frágil y coqueta, era una muñequita,... juguete de placer... Linda muñequita de cera nacida para ahogar la de vidriera, nunca sospechó que la vida su juego de placer también olvida. Y se vistió de esperanza y se lanzó al torbellino tal vez confiada al destino de su interior de aserrín. Pero llegó la hora que de jugar cansada, muñeca abandonada la dejó la ilusión. Y como un pobre juguete roto cuando su pecho se abrió a las cuitas, se supo entonces que muñequita también tenía su corazón...