Al lánguido compás de un vals de Chopin, mi amor te confesé sin ver que más llamaba tu interés aquel vals. Por eso hoy mi canción va a su mismo compás, te llora como un bien que ya jamás verá mi corazón su vaivén. Fue como un loco volar de falena con giros y vueltas en torno al panal que nos deslumbra y nos llena de un dulce mareo sutil y fatal. Juntos mi pecho y tu seno, los dos corazones, latiendo a la par, fijo, impasible y sereno tu frío mirar. Quién me diría que toda la gloria de aquella gentil posesión, era la efímera coda que al vals se ponía mi loca ilusión. Dócil tu mano en mi mano. mi brazo oprimiendo tu talle liviano, y en tanto mi acento muriendo en el lento girar del valsear. Falena de salón. mi corazón también sus alas de ilusión quemó tenaz girando en aquel vals de Chopin. Borracho de pasión, y ciego de querer, se lanza a tu atracción sin ver que más que un alma en ti, mujer, hay un vals.