Te conocí en una esquina allá en el barrio que amaba, y al presentir que eras mía dentro del pecho sentía que el corazón se entregaba. Al despedirme, tus labios me repitieron mañana, y en ese beso que aún arde quedamos vernos de tarde y aquella cita cumplí. De seis a siete te esperé y no sé por qué no habrás venido, yo no sé por qué. Yo quisiera que comprendas de que soy un muchacho soñador, que donde voy dejo el alma aunque la pierda. Y es por eso que la izquierda me repica desde hoy. De seis a siete te esperé y no sé por qué no habrás venido, yo no sé por qué. Y si pasaran los años y nunca más te encontrara, hoy de tu voz muy lejana que me repite mañana y con dolor te diré. De seis a siete te esperé y no sé por qué no habrás venido, yo no sé por qué.