Salgo a la Rambla de Malvin a respirar de tus amores y en la terraza sobre el mar igual sigo tu sonrisa en las aguas de colores. Bajo penando y sin hablar a darme un golpe de horizonte con el pampero en el costado me calzo el auricular y que Lennon me dé el norte. (No te creas que vine hasta aquí por consuelo, no te creas que vine hasta aquí por vos...) Bajo a la Rambla de Malvin a sus rodeos femeninos y en su regazo sobre el mar yo descubro lo que puedo y el resto me lo imagino.