Y se van, se van Los arroyos van Hace el Tacuarembó Con remansos claros De Luna llena En su caminar Y el cantor allí Es el Yaguari En cada picada Misterio adentro Se oye su voz Las noches de enero Heridas de estrellas Me duelen más Y una pena india Teje nostalgias En guaraní Y un canto de ayer Vuelve a renacer Misterioso monte Dulce lamento Del Yaraví A un pesquero abierto Entre camalotes Se arribarán Dos o tres paisanos De rostro hundido En la oscuridad Y allí encarnarán Un sueño de pan Y un líquido cielo Pescando estrellas Se ganarán Despierta el silencio El ronco graznido Del mirasol Como un alma en pena Vagan las luces Del caiporá Y arde en el fogón Duende y lobisom Leyenda y arroyo En el plenilunio Renacerá