No atiende ese alboroto de tordos a cuestiones de patria y de frontera, de próceres, de aniversarios y banderas, ni aún hoy que es día de fiesta nacional, cuando irrumpe en la canción del sol de la charca en donde abrevan, del árbol que esconde el nido y la compañera, picando olivos, hurgando en mieses..., si el territorio le pertenece. Les contemplaba una procesión de caracoles murmurando su falta de consideración, a ras de suelo y babeando... Demasiado ocupados en las palabras para poner a salvo de ellas las cosas, demasiado obligados en sus pesadas corazas como para poder entender a aquél que lo deja todo para poder ser él. Demasiado preocupados en palpar con los cuernos, y en mandar Christmas de Navidad, en prepararse un hermoso entierro.