Un gaucho bravo, flor de la raza, llegó a la tropa con su gateao; jirón sangriento de su coraje, con un barbijo se ve marcao. Un viejo zorro pregunta al gaucho cuál es la historia del costurón y el mozo altivo, mirar de tigre, la historia cuenta junto al fogón. La linda china que está en mi rancho, un tal Carancho me la envidió. Robarme quiso la prienda amada y en la trenzada me las pagó. Los ojos pumas brillaron fieros y en los aceros relampagueó. ¡Marcó mi cara con un barbijo, pero ni ¡ay! dijo cuando cayó! El gaucho bravo, mirar de tigre, montó en su pingo color gateao y al despedirse les dijo a todos: ¡No es por ser maula que me han marcao! Si alguno duda de mis palabras que salga y hable con el facón... ¡Es ley de criollos jugar la vida cuando les tocan el corazón!...