En el nido de sueños y amores que tejimos los dos noblemente, nunca faltan canciones y flores aunque el sol ya se acerca al poniente... Nos queremos tal vez más que antaño con la misma ilusión juvenil, porque nunca logró el desengaño nublar de amarguras el cielo feliz. Atardecer sereno de dos enamorados, que vieron realizados los ensueños del corazón... Atardecer que anuncia la noche llena de calma, y va prendiendo en el alma la suave tristeza de paz y emoción... Ni la muerte podrá separarnos, porque tanto nos hemos querido que otra vida tendrá que acercarnos al vibrar en un mismo latido... Si es verdad que se aleja ya el día no veremos las sombras llegar, porque luego, con su pedrería, radiantes estrellas nos han de alumbrar.