María de Magdala, María Magdalena, si antes era mala ahora es mi morena, y me lava los pies. Y, con la melena, me los seca después. María Magdalena, María de Magdala, con su amor que estrena cuando lo regala, sin mirar su valor. Por eso lo iguala al perfume mejor. Y a mí me encanta. María de Magdala, María Magdalena, si alguien la señala, si alguien la condena, ¡condenada mujer! dice: me resbala, para mí es un placer. Es una santa. María Magdalena, María de Magdala, en la última cena se viste de gala y lo guapa que va me alegra la pena. Y después, Dios dirá.