Ojos de almendra es dueño de ir de charco en charco, de apedrear el tren y de fumar por la nariz, de ser el rey de los escombros de este barrio que llaman del Porvenir. De poseer el arte de bañar los gatos, de pasear por la mentira sin mentir, de decir siempre la verdad con muchos tacos, de estar, largarse o venir. "¡Porvenir, campeón! Cipri, trinca el balón del tirón; tríncalo, tríncalo y vámonos de aquí". "¡Almendritas, que tiran a dar!" "Cipriano, no se atreverán: todos me conocen". Ojos de almendra se ha cansao de ser enano, de no tener cien duros pa ligar hachís ni huevos pa coger la Derby de su hermano y abrirse del Porvenir. "Date el piro, vampiro, que vas de columpio y empiezo a cortar; suéltala, suelta la pasta y bórrate. Y ándate con cuidao de cantar que Almendritas las gasta fatal: suéltala, suelta la pasta y bórrate. Y ándate con cuidao de cantar que Almendritas las gasta fatal: todos me conocen".