Este beso que me das no va a remediar el hambre, ni dará la vuelta al mundo derribando los alambres, pero podría, quizás, sanarme de la tristeza, una terapia de amor, un jarabe de belleza, pa' mi corazón. Este beso que me das no parará la tormenta, ni le ajustará las cuentas a esta tierra miserable, pero podría, tal vez, velar mi sueño esta noche, una cura sin dolor, tu boca como un derroche, pa' mi corazón. Este beso y otro más y aquel que me prometías suman tres de los trescientos mil que me debías: ¡Maldita suerte la mía, a tantos besos diarios salen más besos que días! Este beso que me das no me salva del infierno, ni siquiera del invierno que amenaza con llegar; pero puede, por si acaso, hacerme un hueco a tu vera: con un sorbo de tu vaso ya está aquí la primavera, pa mi corazón.